Renunciación de la Maldición Madianita
Paralela al Don de Dador
Mentira sobre la identidad
Yo puedo proveer los recursos para que los demás posean su primogenitura.
La maldición
No puedes acumular riquezas para lograr un cambio. Se rompen las relaciones, la salud o la economía estacionalmente, siempre en los mismos tiempos o épocas. Las cosas son devoradas a causa del tiempo y no por otra razón en particular.
La causa
Alguien en tu familia o tú mismo, pusiste confianza y seguridad en la comodidad por encima de la mayordomía (usar los recursos de otros, para llevar a cabo una obra).
La bendición al romper la maldición
Puedes acumular recursos y riquezas año tras año y generación tras generación, que consiguen cambiar y transformar situaciones.
Oración de Renunciación
Padre celestial, proclamamos que Tú eres el Dios del tiempo. El tiempo fue lo primero que creaste, por lo tanto, es el primer fruto de tu creación. Los primeros frutos de todo son dedicados a ti, y por eso son santos.
Proclamamos que, como pueblo de Dios, tu intención era que nosotros caminásemos en tiempos santos, mas no que en ciertas épocas seamos devorados. A pesar de saber que el devorador ha entrado por nuestra culpa, pedimos que abras los libros de nuestra línea familiar, renunciamos al espíritu de control, en toda línea de nuestra familia.
Renunciamos al espíritu de falta de fe, que impidió que nuestros antepasados poseyeran su primogenitura.
Renunciamos al dios de la comodidad y la seguridad. Proclamamos que la comodidad y seguridad vienen de ti para tu pueblo, cuando posee su primogenitura.
Confesamos, rechazamos y renunciamos, a la mentira del enemigo, que nos dice que es justo posponer la adquisición de nuestra primogenitura hasta que llegue el momento más indicado.
Padre, renunciamos a correr adelante o detrás de tus tiempos, limpia nuestras líneas familiares de estas iniquidades.
Te pedimos Padre, que quites la maldición madianita de nuestras vidas, familias, nuestra semilla física y espiritual. Padre te pedimos que claves esta maldición en la Cruz de Cristo y quede anulada.
Proclamamos que nuestra dependencia está en ti y reconocemos que tememos a la carne, sabemos que el espíritu quiere, pero que la carne es débil. Que queremos caminar por fe, que queremos depender de ti, y que queremos poseer nuestra primogenitura, pero que llevamos un estilo de vida de temor y de búsqueda de comodidad.
Así que, en la misma manera en que hiciste un milagro para Gedeón, sosteniéndolo en un momento en el cual nadie lo apoyaba, te pedimos que nos sostengas en la búsqueda de nuestra primogenitura, cuando nadie nos apoya.
Te pedimos que nos libres del enemigo y de nosotros mismos. Ahora, todo lugar que el enemigo ha maldecido, en el cual tú deseabas derramar bendiciones, que se haga Tu voluntad hoy.
Pedimos que las bendiciones que tú has decretado para nosotros sean derramadas en los tiempos que Tú has decretado.
Padre pedimos por Israel, que los protejas del enemigo, y que los lleves a la verdadera libertad espiritual de estas siete maldiciones. Te pedimos Señor, que tengas misericordia de New York, Cuba, Perú y todos los países con el Don Redentivo de dador y pedimos también que desates las riquezas que están allí, para que la gente de Dios de estos tiempos, puedan ser restaurados para poseer sus primogenituras.
Te damos gracias, Padre, por enseñarnos a santificar nuestros tiempos, a nosotros mismos, y a nuestras generaciones en el nombre de Jesús de Nazaret.
Amén.
Yo puedo proveer los recursos para que los demás posean su primogenitura.
La maldición
No puedes acumular riquezas para lograr un cambio. Se rompen las relaciones, la salud o la economía estacionalmente, siempre en los mismos tiempos o épocas. Las cosas son devoradas a causa del tiempo y no por otra razón en particular.
La causa
Alguien en tu familia o tú mismo, pusiste confianza y seguridad en la comodidad por encima de la mayordomía (usar los recursos de otros, para llevar a cabo una obra).
La bendición al romper la maldición
Puedes acumular recursos y riquezas año tras año y generación tras generación, que consiguen cambiar y transformar situaciones.
Oración de Renunciación
Padre celestial, proclamamos que Tú eres el Dios del tiempo. El tiempo fue lo primero que creaste, por lo tanto, es el primer fruto de tu creación. Los primeros frutos de todo son dedicados a ti, y por eso son santos.
Proclamamos que, como pueblo de Dios, tu intención era que nosotros caminásemos en tiempos santos, mas no que en ciertas épocas seamos devorados. A pesar de saber que el devorador ha entrado por nuestra culpa, pedimos que abras los libros de nuestra línea familiar, renunciamos al espíritu de control, en toda línea de nuestra familia.
Renunciamos al espíritu de falta de fe, que impidió que nuestros antepasados poseyeran su primogenitura.
Renunciamos al dios de la comodidad y la seguridad. Proclamamos que la comodidad y seguridad vienen de ti para tu pueblo, cuando posee su primogenitura.
Confesamos, rechazamos y renunciamos, a la mentira del enemigo, que nos dice que es justo posponer la adquisición de nuestra primogenitura hasta que llegue el momento más indicado.
Padre, renunciamos a correr adelante o detrás de tus tiempos, limpia nuestras líneas familiares de estas iniquidades.
Te pedimos Padre, que quites la maldición madianita de nuestras vidas, familias, nuestra semilla física y espiritual. Padre te pedimos que claves esta maldición en la Cruz de Cristo y quede anulada.
Proclamamos que nuestra dependencia está en ti y reconocemos que tememos a la carne, sabemos que el espíritu quiere, pero que la carne es débil. Que queremos caminar por fe, que queremos depender de ti, y que queremos poseer nuestra primogenitura, pero que llevamos un estilo de vida de temor y de búsqueda de comodidad.
Así que, en la misma manera en que hiciste un milagro para Gedeón, sosteniéndolo en un momento en el cual nadie lo apoyaba, te pedimos que nos sostengas en la búsqueda de nuestra primogenitura, cuando nadie nos apoya.
Te pedimos que nos libres del enemigo y de nosotros mismos. Ahora, todo lugar que el enemigo ha maldecido, en el cual tú deseabas derramar bendiciones, que se haga Tu voluntad hoy.
Pedimos que las bendiciones que tú has decretado para nosotros sean derramadas en los tiempos que Tú has decretado.
Padre pedimos por Israel, que los protejas del enemigo, y que los lleves a la verdadera libertad espiritual de estas siete maldiciones. Te pedimos Señor, que tengas misericordia de New York, Cuba, Perú y todos los países con el Don Redentivo de dador y pedimos también que desates las riquezas que están allí, para que la gente de Dios de estos tiempos, puedan ser restaurados para poseer sus primogenituras.
Te damos gracias, Padre, por enseñarnos a santificar nuestros tiempos, a nosotros mismos, y a nuestras generaciones en el nombre de Jesús de Nazaret.
Amén.