DESARROLLANDO TU ESPIRITU
Las 7 Ultimas Palabras de Cristo en la Cruz
Tercera Palabra de Cristo en la Cruz
paralelo al Maestro
paralelo al Maestro
“Contemple a tu hijo, contemple a tu madre”
Amado/a, llamo a tu espíritu a que ponga atención en el nombre Poderoso de Jesús de Nazaret, y llamo a la porción del Maestro al frente en este momento.
Maestro la tercera frase que Cristo dijo en la cruz fue a su amado discípulo Juan y a su madre amada. Jesús les dijo: Contemple a Tu hijo, contemple a Tu madre. Y estableció de esta manera una nueva relación entre los dos.
En la superficie esto parece muy sencillo, muy simple, muy natural y quizás para los otros dones es algo muy fácil.
Pero entiende que para llevar a la cima el desarrollo del Principio de la Responsabilidad que es paralela al Maestro, uno de los retos más grandes para ellos es imponer responsabilidades a los demás.
Muchos de los Maestros son altamente responsables en ciertas cosas, sus propios derechos y en su propio ambiente, pero por el llamado sacerdotal y porque ellos son diseñados a ser personas donde los demás se sientan seguros es un gran reto para ellos imponer responsabilidades.
Ellos son llamados a ser muy diferentes del Profeta.
Al observar el cuadro sacerdotal en las Escrituras, el sacerdote esperaba en el altar de bronce sin ninguna condenación y permitía que el pecador arrepentido viniera cuando él lo quería hacer y como él lo quisiera hacer y compartiera parte o toda la culpabilidad de su alma. Nunca había una condenación que el sacerdote iniciara y esto es parte de la esencia del Maestro. El sacerdote esperaba por el pecador arrepentido a que viniera; ese era y es el rol sacerdotal.
Muy diferente con los Profetas, ellos tenían la licencia para ir a cazar. Era el Profeta el que salía a confrontar a aquellos que no deseaban ser confrontados.
Esa, no era parte del rol sacerdotal y por lo tanto como esta característica paralela al Maestro podemos decir que ese no era ni es el manto del don de Maestro.
Sin embargo era extremadamente importante y necesario que en el momento apropiado y en el contexto apropiado el sacerdote “Maestro” impusiera responsabilidades para ciertas cosas. Lo mismo está pidiendo Dios en esta temporada a los Maestro.
Cristo estaba mirando hacia el futuro; Él tenía que saber cuál era el rol central del Apóstol Juan y que tan inmensa iba a ser su participación en la iglesia primitiva y que cargas tan pesadas serian sus viajes y la realidad que él sería el pastor principal en Efesios por un tiempo extenso.
Juan iba a ministrar ampliamente en el Asia Menor.
Jesús también sabía que Él iba a ser uno de los dos más importantes hombres de esa temporada, hombre que iba a influenciar la iglesia primitiva y aun así Jesús le impuso la responsabilidad inmensa de cuidar a su madre; esto tuvo que ser una estirada muy pero muy grande para el apóstol Juan.
Aun así Jesús desde su porción de Maestro cumplió con su responsabilidad de cuidar a su familia, imponiendo la responsabilidad en otra persona.
Hay tantas situaciones que al Maestro le gustaría explicar, razonar, poner la verdad en frente de las personas, le gustaría presentar la lógica, las consecuencias y esperar que la otra persona se dé cuenta y vea la verdad y actué en ella voluntariamente.
Esa es la fortaleza del Maestro, su paciencia, su disposición de presentar el cuadro completo y permitir que la otra persona escoja. Y muchas veces esto muy efectivo. Pero hay muchas otras veces que la persona no se levanta ni responde al reto, y es allí donde el Maestro tiene que moverse de ese rol pasivo.
¡El Maestro tendrá que cambiar su rol, hablando claramente la verdad, confrontando y diciendo: esto es lo que tienes que hacer, este es el siguiente paso, actué!
Para aquellos con el don redentivo de Profeta, es muy pero muy difícil entender como esto puede ser tan gran reto para el Maestro. Nosotros los Profetas no tenemos problemas con imponer las responsabilidades a los otros para su bien. Sin embargo este es el campo de batalla para el Maestro, ya sea forzar a los hijos hacer los quehaceres de la casa cuando es mucho más fácil para el Maestro hacerlos ellos mismos y así no tratar con las actitudes equivocadas de los jóvenes.
Por ejemplo, para un pastor con el don redentivo de Maestro remover a alguien en el liderazgo es un reto muy grande pero muy grande. También si es simplemente con una amistad, el reto sigue siendo inmenso aunque vea la necesidad para evitar las consecuencias y tener que decir “Tú tienes que parar de estar haciendo eso porque es muy dañino”. Es muy difícil porque repito este es el campo de batalla donde el Maestro tiene que levantarse según la ocasión.
Bendigo tu porción de Maestro recordándote que Dios te ha equipado a hacer eso por el conocimiento profundo que tienes de las consecuencias si no se hace.
Maestro tú entiendes la relación de causa y efecto, tú puedes ver el fruto y saber dónde está la raíz, por lo tanto tú puedes ver cuál es el futuro para esa persona si no cambia.
Así que desde esa posición de saber las consecuencias, te bendigo para que puedas encontrar la pasión para confrontar, viéndolo como un acto de amor, no un acto de rudeza, porque si fallas en imponer esas responsabilidades, el daño a largo tiempo para aquellos que están a tu cuidado será mucho más grande que el dolor temporal.
Así que mantén tus ojos con una perspectiva de las cosas a largo tiempo, mantenga la mirada en las implicaciones de la persona si ellos fallan en crecer a la madurez que Dios les está llamando. Imponga responsabilidades, en los tiempos selectivos, así como Dios te llame a hacerlo, aunque la mayoría de tus esfuerzos en tu vida están en presentar la verdad a aquellos que correrán con ella.
Te bendigo porción del Maestro para que no vaciles en este tema. Es posible que seas una persona donde los otros se sienten seguros, protegidos y es posible que puedas llenar tu rol de sacerdotal aunque algunas veces tengas que imponer responsabilidades confrontando a las personas diciéndoles lo que ellos no quieren oír.
¡Te bendigo don del Maestro en el nombre de Jesús de Nazaret quien era una persona donde se podían sentir seguros y aun así El muchas veces confronto cuando necesito hacerlo!
Maestro la tercera frase que Cristo dijo en la cruz fue a su amado discípulo Juan y a su madre amada. Jesús les dijo: Contemple a Tu hijo, contemple a Tu madre. Y estableció de esta manera una nueva relación entre los dos.
En la superficie esto parece muy sencillo, muy simple, muy natural y quizás para los otros dones es algo muy fácil.
Pero entiende que para llevar a la cima el desarrollo del Principio de la Responsabilidad que es paralela al Maestro, uno de los retos más grandes para ellos es imponer responsabilidades a los demás.
Muchos de los Maestros son altamente responsables en ciertas cosas, sus propios derechos y en su propio ambiente, pero por el llamado sacerdotal y porque ellos son diseñados a ser personas donde los demás se sientan seguros es un gran reto para ellos imponer responsabilidades.
Ellos son llamados a ser muy diferentes del Profeta.
Al observar el cuadro sacerdotal en las Escrituras, el sacerdote esperaba en el altar de bronce sin ninguna condenación y permitía que el pecador arrepentido viniera cuando él lo quería hacer y como él lo quisiera hacer y compartiera parte o toda la culpabilidad de su alma. Nunca había una condenación que el sacerdote iniciara y esto es parte de la esencia del Maestro. El sacerdote esperaba por el pecador arrepentido a que viniera; ese era y es el rol sacerdotal.
Muy diferente con los Profetas, ellos tenían la licencia para ir a cazar. Era el Profeta el que salía a confrontar a aquellos que no deseaban ser confrontados.
Esa, no era parte del rol sacerdotal y por lo tanto como esta característica paralela al Maestro podemos decir que ese no era ni es el manto del don de Maestro.
Sin embargo era extremadamente importante y necesario que en el momento apropiado y en el contexto apropiado el sacerdote “Maestro” impusiera responsabilidades para ciertas cosas. Lo mismo está pidiendo Dios en esta temporada a los Maestro.
Cristo estaba mirando hacia el futuro; Él tenía que saber cuál era el rol central del Apóstol Juan y que tan inmensa iba a ser su participación en la iglesia primitiva y que cargas tan pesadas serian sus viajes y la realidad que él sería el pastor principal en Efesios por un tiempo extenso.
Juan iba a ministrar ampliamente en el Asia Menor.
Jesús también sabía que Él iba a ser uno de los dos más importantes hombres de esa temporada, hombre que iba a influenciar la iglesia primitiva y aun así Jesús le impuso la responsabilidad inmensa de cuidar a su madre; esto tuvo que ser una estirada muy pero muy grande para el apóstol Juan.
Aun así Jesús desde su porción de Maestro cumplió con su responsabilidad de cuidar a su familia, imponiendo la responsabilidad en otra persona.
Hay tantas situaciones que al Maestro le gustaría explicar, razonar, poner la verdad en frente de las personas, le gustaría presentar la lógica, las consecuencias y esperar que la otra persona se dé cuenta y vea la verdad y actué en ella voluntariamente.
Esa es la fortaleza del Maestro, su paciencia, su disposición de presentar el cuadro completo y permitir que la otra persona escoja. Y muchas veces esto muy efectivo. Pero hay muchas otras veces que la persona no se levanta ni responde al reto, y es allí donde el Maestro tiene que moverse de ese rol pasivo.
¡El Maestro tendrá que cambiar su rol, hablando claramente la verdad, confrontando y diciendo: esto es lo que tienes que hacer, este es el siguiente paso, actué!
Para aquellos con el don redentivo de Profeta, es muy pero muy difícil entender como esto puede ser tan gran reto para el Maestro. Nosotros los Profetas no tenemos problemas con imponer las responsabilidades a los otros para su bien. Sin embargo este es el campo de batalla para el Maestro, ya sea forzar a los hijos hacer los quehaceres de la casa cuando es mucho más fácil para el Maestro hacerlos ellos mismos y así no tratar con las actitudes equivocadas de los jóvenes.
Por ejemplo, para un pastor con el don redentivo de Maestro remover a alguien en el liderazgo es un reto muy grande pero muy grande. También si es simplemente con una amistad, el reto sigue siendo inmenso aunque vea la necesidad para evitar las consecuencias y tener que decir “Tú tienes que parar de estar haciendo eso porque es muy dañino”. Es muy difícil porque repito este es el campo de batalla donde el Maestro tiene que levantarse según la ocasión.
Bendigo tu porción de Maestro recordándote que Dios te ha equipado a hacer eso por el conocimiento profundo que tienes de las consecuencias si no se hace.
Maestro tú entiendes la relación de causa y efecto, tú puedes ver el fruto y saber dónde está la raíz, por lo tanto tú puedes ver cuál es el futuro para esa persona si no cambia.
Así que desde esa posición de saber las consecuencias, te bendigo para que puedas encontrar la pasión para confrontar, viéndolo como un acto de amor, no un acto de rudeza, porque si fallas en imponer esas responsabilidades, el daño a largo tiempo para aquellos que están a tu cuidado será mucho más grande que el dolor temporal.
Así que mantén tus ojos con una perspectiva de las cosas a largo tiempo, mantenga la mirada en las implicaciones de la persona si ellos fallan en crecer a la madurez que Dios les está llamando. Imponga responsabilidades, en los tiempos selectivos, así como Dios te llame a hacerlo, aunque la mayoría de tus esfuerzos en tu vida están en presentar la verdad a aquellos que correrán con ella.
Te bendigo porción del Maestro para que no vaciles en este tema. Es posible que seas una persona donde los otros se sienten seguros, protegidos y es posible que puedas llenar tu rol de sacerdotal aunque algunas veces tengas que imponer responsabilidades confrontando a las personas diciéndoles lo que ellos no quieren oír.
¡Te bendigo don del Maestro en el nombre de Jesús de Nazaret quien era una persona donde se podían sentir seguros y aun así El muchas veces confronto cuando necesito hacerlo!